CALIDAD Y PRECIO
SE OBTIENE LO QUE SE PAGA
A veces uno piensa que es una mala jugada del destino, pero la verdad es que lo barato sale caro.
Ejemplo:
Si TÚ fueras el que realiza el procedimiento... ¿Qué precio le pondrías a tu trabajo?
Sobre cualquier tratamiento que uno se realice hay que tener en cuenta, que si no nos gustó, el hecho de quitarlo (si el caso lo permite) y ponerlo de nuevo nos genera otro costo. Y en lo que refiere a nuestro cuerpo, también debemos pensar en nuestra salud, ver que cualquier procedimiento que nos hagamos, se realice por un profesional calificado y certificado (porque caras vemos, títulos no vemos), con materiales en buen estado y de calidad; y que se cuente con instrumentos y equipos limpios y adecuados para cada tratamiento.
Con ese mismo ánimo que las cosas nos salgan bien, en lo referente al cuidado de nuestra boca, debemos decidir con precaución y sentido común, el odontólogo que nos va a atender.
FRANQUICIAS Y SEGUROS DENTALES
La proliferación de universidades e institutos privados en el Perú es un problema que va de la mano con la baja calidad educativa que ofrecen estos centros de estudio. Esta situación ha ocasionado un incremento en la cantidad de profesionales en el país, incluidos los profesionales de la salud, médicos, odontólogos, enfermeras, etc.
En la actualidad los “nuevos” profesionales de la salud son contratados por centros o clínicas pertenecientes a franquicias o seguros, que les exigen trabajar siguiendo protocolos dirigidos a captar cada vez más paciente y tratamientos fundamentados en obtener mayor rendimiento económico.
Mucho se da por sentado que el tener un seguro de salud (refiriéndonos en especial al Seguro Dental) nos abarata los costos en los tratamientos, no siendo siempre cierto. En lo referente a los seguros dentales, si uno calcula lo que gasta en un consultorio particular, es muy similar a lo que gasta en el seguro, teniendo en consideración que en el seguro se sigue pagando aun cuando se termina el tratamiento; sin olvidar que en muchos seguros se exige un “copago” que es el coste del tratamiento “amortizado” por el seguro dental.
